lunes, 22 de abril de 2013

Buenos Aires. La Época Jesuítica - Siglos XVII y XVIII."Si esos hombres estaban hechos del mismo barro que yo, bien yo puedo hacer lo que ellos hicieron"





Cuando Juan de Garay llegó a estas tierras, trazó por primera vez la cuadrícula de la que estaba destinada a ser ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires. 

Así quedó al mismo tiempo marcado el emplazamiento que daría origen a la secular Manzana de las Luces. La primera misión jesuítica llego al Perú en 1568. 

La componían ocho religiosos y su intención era la de convertir a los aborígenes. Desde Lima irradiaron su acción evangelizadora hacia el sur, pero recien en 1608 pudo concretar su establecimiento en buenos Aires, donde se instalaron en lo que actualmente es la mitad oriental de la Plaza de Mayo, en el terreno que Garay había anteriormente cedido al Adelantado Juan de Vera y Aragón. 

Allí los jesuitas construyeron su primera residencia, iglesia y colegio. Estas edificaciones originales no tardaron en sufrir varios deterioros, a causa de la precariedades de los materiales que se habían utilizado en su construcción. En 1659 se resolvió poner la ciudad en buen estado de defensa, puesto que por entonces el Río de la Plata se veía amenazado por corsarios y piratas ingleses, franceses holandeses. 

El terreno donde se habían radicado los jesuitas, aledaño al Fuerte, resultaba desde todo punto de vista inadecuado, por lógicas razones militares, pues cualquier construcción obstaculizaría el empleo de la artillería emplazada en la fachada del Fuerte donde estaba la portada principal. Por eso, el 25 de mayo de 1661 se trasladaron a un nuevo predio, cedido a la Compañía de Jesús por Isabel de Carvajal, situado en la manzana limitada por las actuales calles Bolívar, Moreno, Perú y Alsina. Este solar quedo identificado por primera vez como Manzana de las Luces, en un articulo aparecido en el periódico "El Argos" del 1° de septiembre de 1821, en el cual se mencionaban las instituciones de irradiación cultural que funcionaban en su ámbito.

Iglesia San Ignacio 

Cuando los jesuitas estuvieron ubicados en su nuevo emplazamiento, iniciaron la construcción de una iglesia provisoria en la esquina de Bolívar y Alsina, y en 1686 comenzaron las obras del templo definitivo que se construyó de acuerdo a los planos del arquitecto Juan Kraus S.J. quien trazo, asimismo, los que correspondían al Colegio de San Ignacio.


Al morir el hermano Kraus en 1714, otros especialistas se sucedieron en la continuación de las obras. Fueron Juan Bautista Primoli, Andrés Bianchi, Juan Wolff, todos ellos jesuitas de origen europeo y arquitectos de formación, quedando la Iglesia de San Ignacio consagrada en 1734. 

La arquitectura simple y austera del interior del templo no encuentra continuidad en la fachada, que esta inspirada en el barroco alemán. 

La torre sur tiene el privilegio de ser la construcción mas antigua de Buenos Aires, mientras que la torre del reloj fue agregada a mediados del siglo XIX por el arquitecto Felipe Senillosa. La Iglesia de San Ignacio, llamada también Templo de las Luces, ha sido ámbito de acontecimientos memorables: fue Catedral interina durante los años 1775 a 1791, así como también acantonamiento de defensa contra las invasiones inglesas. 

Desde su torre se contribuyo a sofocar la sublevación de los Patricios, hecho que se conoce como Motín de Las Trenzas. 

El 12 de octubre de 1821, Juan José Castelli recibió sepultura en el templo frente al altar de San Judas Tadeo. Su recinto fue lugar de reunion de los Cabildos Abiertos de 1816 y 1820, y de los actos de inauguración de la Universidad de Buenos Aires, en 18y, de la Sociedad de Beneficencia, en 1823. Fue sede de Parroquia de Catedral al Sur desde 1823.


El Colegio de San Ignacio 

El 20 de agosto de 1662, se traslada a la actual Manzana de las Luces el Colegio de San Ignacio, que ocupó una construcción provisional. 

En 1710, el ya citado arquitecto Kraus, realizó los planos del Claustro del Colegio e inició su obra, que se completó hacia 1729. El edificio constaba de dos plantas de características arquitectónica austeras, de cal y ladrillos; los pilares, pilastras, arquerías bóvedas de crucería, demostraban su calidad arquitectónica. Aun hoy subsiste el ala norte del claustro anexo a la Iglesia de San Ignacio. 

Al colegio se le asigno, además, la totalidad del ala norte de la Procuraduría de Misiones, ubicada sobre la actual calle Alsina. Coincide en su emplazamiento con el actual Colegio Nacional de Buenos Aires, en las calles Bolívar y moreno. El historiador Guillermo Furlong S.J. ha sintetizado la labor del establecimiento con estas palabras: "Desde 1662 hasta 1767, fue el Colegio de San Ignacio el gran centro intelectual y cultural de la ciudad de Buenos Aires. Se destacó desde su origen, además en la música, el canto, drama y hasta en los bailes o danzas artísticas" . Cumpliendo lo ordenado por la Real Cedula de Expulsión, dada por Carlos III de Espana, la Compañía de Jesús debió alejarse de Buenos Aires el 3 de julio de 1767. En esas mismas instalaciones, en 1772 el gobernador Juan José de Vertiz inaugura el Real Colegio de San Carlos, que en 1783 es rebautizado con el nombre de Colegio Convictorio Carolino.

La Procuraduría de las Misiones


Este conjunto edilicio se construye en 1730 y los planos se atribuyen al arquitecto jesuita Juan Bautista Prímoli. 

Se trata de una construcción de dos plantas de ladrillos, bóvedas de canon corrido y revestimiento de cal. 

La Procuraduría de Misiones, cuyas oficinas estaban ubicadas en el sector norte de la Manzana de las Luces, en las calles Perú y Alsina, se encargaba de administrar y capitalizar los beneficios del comercio de las misiones. 

Tenia además a su cargo alojar y mantener a los indigenas de las reducciones que venían a Buenos Aires para desempeñar diferentes tareas. El beneficio economico que de ello derivaba, estaba destinado a las comunidades indigenas y a prestar apoyo al Colegio de San Ignacio . 

En la Procuraduría funcionaban además la escuela y botica o farmacia, en el sector norte, y las oficinas, depósitos y aposentos, en el sector oeste y sur. La escuela de primeras letras tenia dos aulas en el piso bajo y cuatro en el alto. La botica había sido organizada por el ilustre Padre Tomas Falkner S.J., médico de origen ingles. En este sitio funcionaron, entre otras instituciones, la Junta de Temporalidades en 1767; el Tribunal del Protomedicato en 1780; la Imprenta de Niños Expositos en 1783; la Universidad de Buenos Aires en 1821; la Academia de Medicina en 1822; el Departamento de Ciencias exactas en 1865, que dio origen a las actuales Facultades de Arquitectura, Ingeniería y Ciencias Exactas y, en el mismo año, la Academia de Jurisprudencia. 

Este memorable conjunto arquitectónico ha logrado subsistir casi en su totalidad hasta nuestros dias, con excepción de su ángulo noroeste, sobre las calles Alsina y Perú, que fue mutilado en 1931 al hacerse, sobre la esquina del edificio, una ochava para permitir el trazado de la Avenida Julio A. Roca.

La Expulsión de la Compañía de Jesús 

Por aplicación de la ya citada orden de Carlos III, Rey de España, los jesuitas fueron expulsados de estas tierras y alejados de Buenos Aires en 1767. Su misión evangelizadora había abarcado el Tucumán, Guayrá y el Río de la Plata; habían establecido estancias, obrajes, colegios y pueblos de indios, sobre quienes llegaron a alcanzar gran influencia. Sus bienes, que eran considerables, debían ser administrados, y pasaron a la Junta de Temporalidades creada en 1767. Los mecanismos de control instaurados por la Junta no funcionaron con la misma eficacia del regimen jesuítico. 

No caben dudas de que la labor desarrollada por la compañía de Jesús en América fue extraordinaria y dejó huellas perdurables en su cultura. Los jesuitas fueron exploradores, matematicos, arquitectos, escultores, músicos y maestros; colaboraron en el mejor conocimiento del actual territorio argentino, y dejaron su sello en la construcción de las principales obras de la arquitectura colonial y en la formación de una cultura distintiva.

Unidos en Cristo Jesús y en María Santísima, oremos por el fructífero pontificado de S.S. el Papa Francisco, por Su Eminencia Reverendísima, Mons Mario Poli Arzobispo de Buenos Aires, y por el Padre General de la Compañía de Jesús Adolfo Nicolás S.J.

 "Si esos hombres estaban hechos del mismo barro que yo, 
bien yo puedo hacer lo que ellos hicieron"
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